El Palacio de San Lázaro no sólo es la sede de las labores parlamentarias, sino también un espacio de gran valor artístico que promueve la sensibilidad y el talento al paso de sus edificios, corredores y explanadas. Así, entre mármol, tezontle, bronce y madera de cedro, entre otros materiales, encontramos majestuosos murales, bustos, estatuas y hasta la Rotativa en la que se imprimió la primera edición de nuestra Carta Magna.
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