Aprueban salvaguardar derechos de mujeres indígenas y afromexicanas

De acuerdo con la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, las mujeres y niñas indígenas se enfrentan a formas de violencia complejas e interseccionales, vinculadas a las estructuras patriarcales, a la discriminación racial y étnica, así como a tipos de violaciones de los derechos humanos mutuamente relacionadas. 

Por ello, el Pleno de la Cámara de Diputados avaló un dictamen que reforma la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, con el objetivo de salvaguardar los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes que conforman la gran riqueza cultural y étnica del país. 

De acuerdo con el dictamen que se avaló con 451 votos a favor, la Federación deberá asegurar la difusión y promoción de los derechos de las mujeres indígenas, afromexicanas y de otros grupos étnicos diferenciados, con base en el reconocimiento de la composición pluricultural de la nación.

En su intervención, la diputada María del Carmen Escudero Fabre (PAN) destacó la importancia de esta reforma, ya que asegura la protección de las mujeres afrodescendientes, quienes se encuentran en una situación de doble vulnerabilidad, además de que reconoce la composición multicultural del Estado. 

La también promovente de la iniciativa, lamentó el incremento de la vulnerabilidad de los derechos de las mujeres indígenas frente a los abusos y la violencia que afectan su libre determinación, por lo que es urgente adecuar la ley en la materia para proteger a todas las mujeres, independientemente de su origen étnico o cultural.

El dictamen que se remitió al Senado, también señala que, de acuerdo con datos del INEGI, 25 millones 694 mil 928 ciudadanos mexicanos se reconocieron como indígenas, de las cuales, 48.7 por ciento corresponde a hombres y 51.3 a mujeres. De dicho sector, el 6.5 por ciento habla una lengua indígena. 

Asimismo, se especifica que los pueblos originarios y afromexicanos, requieren mayor protección, en virtud de que el sesgo social y cultural que sufren es marcado, ya que no cuentan con las estructuras sociales y de educación adecuadas que les permitan identificar la violencia sistematizada la que son sometidas.