Trabajos en pleno

En sólo en una quinceava parte del territorio nacional se habla la lengua Purépecha

10 de Abril de 2019

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En el marco del 2019 Año Internacional de las Lenguas Indígenas hizo uso de la tribuna Rubí Celia Huerta para pronunciar un mensaje en Purépecha.

Rubí Celia Huerta comentó que hoy en día sólo en una quinceava parte del territorio nacional se habla la lengua Purépecha.  Añadió que, hoy se vive en una lucha diaria por el total y pleno reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios. 

Discurso:


La lengua es nuestro territorio.

Brota la lengua.

Los abuelos resguardaron nuestra lengua.

Decidieron no hablar más en purépecha.

Pero la lengua no es sólo palabra.

Quedó atrapada entre los caminos que recorren la sierra.

En el perfume y color de las flores.

Entre la hierbas del campo, y la hicieron medicina acompañada de palabras que curan.

En la música que retrata quienes somos, y en los sabores de nuestro alimento.

En la profundidad del lago, ahí está nuestra lengua.

Algunas fueron escondidas entre ceniza del fogón de nuestras abuelas.

La lengua, sonido que vuela con la intensidad del viento, cae, nombra mi entorno y vuelve a brotar en mi pueblo.

  • Por más de cinco siglos fueron silenciadas nuestras lenguas. Por nuestros abuelos fue escondida. Hoy en día, tan sólo en una quinceava parte de nuestro territorio es hablada la lengua purépecha, me refiero a lo que abarcaba nuestro territorio al momento de la conquista. A partir de la entrada de Nuño de Guzmán en territorio purépecha en 1530 llegó la explotación, colonización y desplazamiento de nuestra lengua.

    Hoy los que somos descendientes de una cultura milenaria estamos en una lucha diaria por el total y pleno reconocimiento de nuestros derechos, por la libre autodeterminación de nuestros pueblos originarios. Porque aunque no parezca nuestros pueblos siguen padeciendo discriminación, desplazamiento y despojo. Sigue el saqueo de lo más sagrado que tenemos, nuestros recursos naturales.

Las trasnacionales vienen como un cáncer a invadir nuestras tierras, a contaminar nuestros ríos y manantiales.

El monocultivo y sembradíos de aguacate, fresa, arándano en nuestra región nos están invadiendo, enfermando y matando por el uso desmedido de agroquímicos peligrosísimos. Están dejando a nuestra gente con cáncer. Eso sin mencionar que nos hemos convertido en esclavos de nuestras propias tierras. ¿A caso eso no es genocidio? ¿Eso no es despojo? ¡Claro que lo es! Siguen los mismos engaños como hace quinientos años, cuando los españoles nos traían espejitos a cambio de que les diéramos nuestro oro. Grandes empresas trasnacionales invaden nuestro territorio. ¿Quién ha permitido eso?

Prometen progreso, pero un progreso a corto plazo, porque cuando se van, lo único que dejan son tierras infértiles, enfermedades, contaminación y hasta muerte. Otra manera más de exterminio.

Los purépecha, hemos sido un pueblo guerrero a lo largo de la historia, gente que pelea para defender la vida, como es la tierra, el agua los bosques, Cherán lo demostró, cuando un 14 de abril de 2011 se levantó todo el pueblo, mujeres, jóvenes, niños y comuneros a defender sus bosques. Se enfrentaron a toda una mafia que no sabían ni quienes eran. Pero a 8 años de aquel suceso hot Cherán vuelve a brotar vuelve a florecer. Porque en nuestros bosques está nuestro alimento, están los hongos, los quelites, nuestras plantas con las que nos curamos. En nuestros cultivos está el maíz, el chile, el frijol, la calabaza. De eso nos alimentamos. Hemos resistido a muchos cambios, a muchos gobiernos, a muchas situaciones.

Otra de las fuertes experiencias que he vivido es la discriminación y ver a compañeros negar que hablan la lengua por el mismo hecho. Estas experiencias de negación de lo nuestro me llevaron a reforzar cada vez más mis deseos de hacer que mis hijos tuviesen una identidad purépecha muy fuerte, tan fuerte como para que puedan defenderla en lugar de ocultarla, o peor aún, negarla. El despojo cultural de conocimientos y saberes de nuestros pueblos también es brutal en el entendido de que para nosotros la lengua es nuestro territorio. Porque en el lenguaje está toda una forma de organización, vivimos a través de como concebimos la vida, a través de la lengua. Es la necesidad de vincular hogar, comunidad, y escuela para sumar fuerzas en beneficio del fortalecimiento, vigorización y revitalización de las antiguas lenguas originarias.

Consideramos que esa triada es clave en todo proceso de revitalización lingüística. Pero siempre con la convicción de que el primer terreno por recuperar y consolidar, cognitiva y afectivamente, es el de la intimidad del hogar, de manera de hacer de él un territorio autónomo y descolonizado, donde la fuerza interior de los abuelos, padres e hijos, su agencia y su sintonía y acción movilicen el entorno social y político imperante que hace que las lenguas indígenas se vean cada día en condición minorizada. Creemos que sólo en la medida en que los recordantes y hablantes logren despertar nuestra lengua en el hogar, podrá iniciarse la gesta heroica de devolución de la voz y del poder a los hablantes de lenguas originarias, movimiento al cual le tocará sumarse a la comunidad y también a la escuela. Si es que esta última adopta un enfoque de derechos y se ve a sí misma como una de las garantes de los derechos de los niños, jóvenes y adultos indígenas.

  • Pero así como ellos echan mano del seso y recuperan herramientas de las que se apropiaron en su vida escolar y académica para compartir sus ideas y puntos de vista, al hacerlo, acuden también al cariño. Y así dan cuenta del proceso minucioso que han seguido en el cuidado de esas lenguas que reivindican como suyas y que, con cariño, quieren hoy que sus hijos hereden, críen y también amen. Por eso hago un llamado a ustedes a los que toman las decisiones en esta Cámara, que consideren este mensaje, nuestra lengua es nuestro territorio, en ella está el cómo nombramos a las cosas, cómo vivimos y pensamos. Los purépecha tenemos ciertos valores cimentados y son los pilares que nos sostienen como un pueblo. La honorabilidad, el respeto, la ayuda mutua, el ser humanitario y protector.

    Porque es la fuerza de nuestro pueblo y de nadie más...

    ¡Nuestra fuerza! ¡Nuestra fuerza!

    ¡Gracias!


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